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Emociones

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Este Atlas de las Emociones fue creado para aumentar la comprensión de cómo las emociones influyen en nuestras vidas, que nos da la opción (al menos en algún momento) de reconocer qué emoción que estamos viviendo, y saber cómo nuestras emociones influyen en lo que decimos y hacemos.  Aunque las emociones son fundamentales para nuestra vida – proporcionando alegría, alerta ante amenazas, fuerza para el cambio, advertencia contra lo que es tóxico, y llamando a los demás en busca de ayuda -, no elegimos qué sentir o cuando sentirlo. El Atlas de las emociones fue creado para darnos una mayor conciencia de nuestras emociones, y a veces incluso alguna opción sobre lo que estamos sintiendo, gracias a una mejor comprensión de cómo funcionan las emociones.

Paul Ekman es un reconocido psicólogo estadounidense que fue pionero en el campo de la investigación sobre las emociones mediante la demostración de la universalidad de la expresión facial de la emoción y el mapeo de los 43 grupos de músculos utilizados en la expresión facial. Su investigación ampliamente accesible le ha ganado la condición única de trabajar tanto con las fuerzas del orden (para entrenar a la gente en la identificación de engaño) y el Dalai Lama (para explorar el soporte filosófico de los enfoques orientales y occidentales a las emociones). Después de 40 años en la facultad de la Universidad de California en San Francisco, formó la empresa Paul Ekman Group (desde 2001).

Acerca del Atlas

Las emociones se producen automáticamente, parece que nos sucede, no por elección, pero sin pensamiento consciente. No siempre nos damos cuenta de que estamos en las garras de una emoción hasta que alguien nos lo señala, o hasta que el episodio emocional ha terminado. Tener elección sobre cuándo experimentar una emoción, y la forma de experimentarla, requiere la introducción de un elemento ajeno a la aparición de una emoción – la conciencia.

Se deben desarrollar las habilidades para hacer posible esa conciencia, si habremos de ejercer una elección sobre cuándo experimentamos una emoción y la forma en que la experimentamos. El Atlas de las emociones fue creado para ilustrarnos al respecto.

El Dalai Lama pidió a Paul Ekman crear un mapa de las emociones, con la esperanza de que tal mapa permitiría a las personas tener experiencias emocionales más constructivas. Cuando queríamos llegar al nuevo mundo, dijo, necesitamos un mapa para llegar allí.  Si queremos llegar a un estado de calma mental necesitamos un mapa de la emoción. Pidió a Ekman basar el mapa emocional en el consenso científico acerca de lo que son las emociones.

¿Por qué utilizar este ATLAS?

Necesitamos comprender nuestras emociones y desarrollar habilidades para tener la posibilidad de elegir (1) cuando somos emocionales o lo que trae consigo una respuesta emocional, y (2) cómo respondemos y lo que decimos y hacemos cuando estamos emocionales. Estas habilidades no son dadas a nosotros por naturaleza, pero podemos aprenderlas. Explorar el Atlas de las Emociones aumentará la comprensión de lo que son las emociones y sus efectos en nosotros, proveyendo una mayor conciencia de lo que te está sucediendo cuando experimentas emociones.

¿Qué es conciencia emocional?

¿Por qué la conciencia emocional nos ayudan a gestionar nuestra vida emocional? La respuesta simple es que vivimos la mayoría de nuestros días sin conciencia de qué emociones estamos sintiendo y de las palabras y acciones que motivan. Por lo general somos conscientes de nuestras emociones sólo después de un episodio emocional, especialmente si luego lamentamos la forma en que actuamos. El objetivo del Atlas de las Emociones es ayudar a que la gente tome conciencia del impulso para actuar antes de actuar y luego elegir si desea comprometerse, y si es así, la manera de hacerlo. Esto significa entender lo que desencadena las emociones, lo que la mayoría de la gente señala como desencadenante, a qué desencadenante somos especialmente sensibles y qué desencadenante generalmente resultan en un episodio emocional lamentable. Esto no es fácil de lograr, pero explorar el Atlas de las Emociones proporciona un primer paso necesario y vital. En el anexo del Atlas, encontrarás sugerencias sobre otras prácticas que puedes desear adoptar para aumentar tu conocimiento de sus propias emociones.

¿Cuál es la relación entre la emoción y el estrés?

Nuestras emociones incontroladas nos hacen susceptibles al estrés. De hecho, el estrés se define como un exceso de excitación emocional (una experiencia emocional que es demasiado fuerte y dura mucho tiempo, e interfiere con el resto de nuestra vida). Las consecuencias del estrés, especialmente de un estrés prolongado, incluyen la falta de sueño, estados de ánimo negativos, disminución de la función cognitiva (incluyendo la memoria y concentración), tensión en las relaciones personales y profesionales y una variedad de resultados pobres en la salud física.

¿Qué es una emoción?

Un episodio de la emoción es una experiencia breve, sucinta, una que no siempre encaja con nuestras expectativas. La mayoría de las emociones surgen en menos de un 1/25 de segundo y no duran más de unos pocos minutos. A menudo nos sentimos como si nuestras emociones duraran mucho más tiempo; Sin embargo, lo que estamos recordando es probablemente una serie de episodios de emoción. La definición de la emoción es la siguiente:

La emoción es un proceso, un tipo particular de evaluación automática muy rápida, influenciada por nuestro pasado evolutivo y personal, en la que tenemos la sensación de que algo importante está ocurriendo para nuestro bienestar y empiezan a hacer frente a la situación un conjunto de cambios fisiológicos y comportamentales. En particular, las emociones coordinan, de manera eficiente,  diversos sistemas de respuesta, lo que ayuda a enfrentar importantes desafíos y oportunidades.

Vamos a descomprimir esta definición. La emoción es un proceso, lo que significa que hay una serie de pequeñas etapas que componen un episodio emoción. Esto comienza con nuestra valoración automática o perspectiva del mundo influenciada por nuestro pasado personal (nuestras respuestas aprendidas derivadas de experiencias de la vida) y nuestro pasado evolutivo (nuestras respuestas cableadas que se han transmitido genéticamente). Esta evaluación nos ayuda a filtrar lo que es «importante para nuestro bienestar.» Por lo general, la evaluación es tan rápida que no estamos totalmente conscientes de ella. Debido a que nuestra valoración es influenciada por nuestro pasado personal, podemos tener respuestas muy distintas al mundo. Considere este ejemplo: Usted va caminando por la calle junto a un amigo cercano. En eso, un coche pasa con las ventanas abajo y tocando una canción a un volumen muy alto. Para ti esa canción te provoca una sensación de profunda tristeza; ya que es la canción favorita de un amigo que murió de cáncer y es con la que se le recuerda. Sin embargo, para tu amigo, que no conocía a esta persona y no tiene ninguna asociación con la canción, no hay una respuesta emocional, o tal vez hay molestia por el ruido fuerte. Tu y tu amigo están en la misma calle, escuchando la misma canción, pero sus respuestas son aprendidas y personales. Pero si ese mismo coche de repente se desvió hacia la banqueta por evitar un gato que se atravesó, tanto tu como tu amigo, con independencia del pasado personal, saltarían hacia atrás por miedo. Esta es una respuesta universal a una amenaza inminente. Las emociones nos ayudan a responder antes de que incluso tengamos tiempo para pensar «¿Qué está haciendo este coche?».  Este es el esplendor y el agobio de emociones.   Se pueden unir nuestras respuestas fisiológicas para provocar conductas inmediatas para salvar nuestras vidas, pero surgen sin nuestra elección de ellas  y pueden sentirse como totalmente fuera de nuestro control. Comenzaremos nuestro mapeo de nuestros propios episodios emocionales como exploradores inmersos en este Atlas.

El fin de esta definición apunta a la perspectiva de la evolución de las emociones. Esto significa mirar a las emociones de la manera en que vemos las propiedades funcionales de nuestros pulgares o de las pestañas. Mientras que las emociones no sirven como las funciones críticas que nos permiten captar o mantener el polvo de nuestros ojos, en referencia a las pestañas, han sido crítico para nuestra supervivencia en el entorno en el que nos desarrollamos. Además de ayudar a responder a las amenazas inmediatas (correr por miedo ante un tigre de dientes de sable o mantenerse inmóvil con enojo ante una bestia menos mortal) , también ayudó a formar la cohesión social de una tribu a través del disfrute compartido. Es importante destacar que para nuestra supervivencia temprana, nuestro sistema emocional incluye nuestra respuesta rápida interna, así como señales no verbal a través de nuestra cara.