Si acaso hubiera una respuesta general apropiada para esto, debería venir la respuesta de la propia necesidad sentida: cuando surja la inquietud de apoyarse en alguien.
Es importante diferenciar cuando es la situación la que me orilla a pedir ayuda, a aquella en que siento/pienso que me viene bien apoyarme en otro.
Cuando es la situación la que me orilla, es probable, a pesar de todo, que no haya el fondo preparado, propicio para ampliar mi conciencia y con ello, generar aprendizaje/responsabilidad en mi ante la situación. Mi necesidad urgente, en estos casos, es salir/apartarme de la situación. Logrado esto, durante la psicoterapia –por ella o a pesar de ella-, mi atención no estará necesariamente en cambiar mi forma de relacionarme (conmigo y con los otros). Algunas personas, incluso corrientes psicoterapéuticas, consideran un éxito que la persona salga de esa situación apremiante. Quizá lo sea.
Sin embargo, cuando es mi necesidad la que me mueve a tomar o pedir ayuda, comienzo con la posibilidad de mi impotencia, de la necesidad de otros, de mi causalidad de la situación (que yo provoco la situación!!). Es entonces, que de alguna manera, el fondo podría ser fértil para abrirse a la posibilidad, a la creatividad, al aprendizaje, a la toma de conciencia. Esto podría ayudar a encarar la situación apremiante, ésta y cualquier otra similar, y disolverla, asimilarla, resolverla, evitarla, o lo que mejor decida o me venga bien.
Luego, el momento apropiado no se refiere a un cuándo principalmente; no es un tema de tiempo. La respuesta vendría más bien de un estado emocional. Más allá del sentimiento superficial, como la desesperación; a uno más profundo, más existencial, como reconocer mi limitación. Requiere haber entrado en reconocimiento de mi impotencia –ante la situación-.
0 comments